domingo, 30 de agosto de 2015

Un club de barrio en una casa con historia

El barrio disfruta de esta casona de Barracas construida en 1843.


En el mismo salón palaciego donde bailó Manuelita Rosas, hija del gobernador Juan Manuel de Rosas y Encarnación Ezcurra, hoy se practica tango y folklore. En la sala donde expuso Quinquela Martín, se enseña pintura. Donde estaba el jardín de la familia Montes de Oca, hoy los nenes de Barracas juegan al fútbol. Ese ida y vuelta entre pasado y presente es una marca del Club Social de Santa Lucía.

Ubicada a pocas cuadras del Riachuelo, la sede social luce un frente con gamas verdes poco llamativas. Por dentro, sin embargo, uno se abstrae con paisajes de otro tiempo. Tras el recibidor está el salón principal, de techos altos, muros y cortinas punzó y detalles laminados en oro. Hay escaleras de madera crujiente, muebles franceses de ébano y espejos con gobelino. “Está igual que el 25 de mayo de 1843, cuando se inauguró la casona. Era el casco de una quinta, propiedad de un lugarteniente federal que obedecía a Rosas. Este sitio hoy es monumento histórico”, cuenta la presidenta Stella Maris Nana y Fabian.

En aquel tiempo, la avenida Montes de Oca se llamaba Calle Larga de Barracas y agrupaba quintas, huertas y pulperías. Al morir el militar, sus descendientes lotearon el terreno y se construyó el barrio tal como hoy se conoce. La historia volvió a escribirse en esta casona cuando el 24 de mayo de 1901 se unieron dos clubes del barrio para fundar el Santa Lucía. Lo crearon tres hijos de genoveses: Badaracco, Rocatagliata y Tabacco. “El nombre es porque antes los barrios llevaban nombre de parroquia, Santa Lucía abarcaba La Boca-Barracas”, dice Stella, orgullosa además de la buena conservación de la casona.

El Santa Lucía Football Club compite en FAFI, pero también hay fútbol femenino, karate, patín, boxeo y handball; hay danzas, reiki y gimnasia para todas las edades. Además se enseña pintura, telar y hay un taller de memoria para los adultos mayores, quienes desde 1991 cuentan con un centro de jubilados. Hay una escuela de modas y funciona un emprendimiento de catering. En la casona también se reúne la Asociación República de Barracas y el Rotary local; además, se hacen eventos benéficos para el hospital Tobar García.

En el buffet, familias toman café mientras sus hijos hacen deporte y un grupo de jubilados juega al burako. Este rincón de Barracas guarda un pedazo de historia.


Fuente: Diario Z 

Link: http://www.diarioz.com.ar/#/nota/un-club-de-barrio-en-una-casa-con-historia-44685/ 

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