“Hace siete años, este lugar estuvo a punto de demolerse para hacer departamentos. Pero, afortunadamente, eso no sucedió. Nosotros aceptamos el desafío de ponerlo en valor y hoy estamos a pleno”. Con esas palabras, Doris Bennan retrató la historia de caída y resurgimiento del mítico Bar “Los Laureles”, un espacio neurálgico de la cultura popular del Sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Este bodegón, que tiene su propia vida e historia, está desde 1893. En sus más de cien años pasó por un camino similar al de todas las pulperías de antaño: se convirtieron en almacenes de ramos generales, luego en billares y, por estos tiempos, pasaron a ser restaurantes.