Una obra de más de dos mil metros cuadrados pintada en el barrio porteño de Barracas se convirtió este fin de semana en el mural más grande del mundo. Se trata de la obra "el Regreso deQuinquela", realizada por el artista urbano Alfredo Segatori, ubicada en Pedro de Mendoza y San Antonio.
jueves, 1 de enero de 2015
Un mural de Barracas se convirtió en el más grande del mundo
Este fin de semana, la obra de más de dos mil metros cuadrados superó el récord que tenía un mexicano
Una obra de más de dos mil metros cuadrados pintada en el barrio porteño de Barracas se convirtió este fin de semana en el mural más grande del mundo. Se trata de la obra "el Regreso deQuinquela", realizada por el artista urbano Alfredo Segatori, ubicada en Pedro de Mendoza y San Antonio.
Una obra de más de dos mil metros cuadrados pintada en el barrio porteño de Barracas se convirtió este fin de semana en el mural más grande del mundo. Se trata de la obra "el Regreso deQuinquela", realizada por el artista urbano Alfredo Segatori, ubicada en Pedro de Mendoza y San Antonio.
Protegen por ley 40 edificios emblemáticos de Barracas
Patrimonio porteño.Lo aprobó en la última sesión la Legislatura porteña. Son modelos de la arquitectura popular del siglo XIX.
En la última sesión ordinaria de la Legislatura porteña –un debate maratónico, que duró más de doce horas– se votó una ley que protege alrededor de 40 edificios de un alto valor patrimonial, ubicados en Barracas. Un puñado de edificaciones que dan cuenta de la historia de este barrio porteño, fundado por familias patricias y señoriales que abandonaron sus casonas y palacetes cuando recrudeció el brote de la fiebre amarilla. Se mudaron hacia el Norte de la Ciudad, pero en Barracas dejaron huellas de su paso.
En la última sesión ordinaria de la Legislatura porteña –un debate maratónico, que duró más de doce horas– se votó una ley que protege alrededor de 40 edificios de un alto valor patrimonial, ubicados en Barracas. Un puñado de edificaciones que dan cuenta de la historia de este barrio porteño, fundado por familias patricias y señoriales que abandonaron sus casonas y palacetes cuando recrudeció el brote de la fiebre amarilla. Se mudaron hacia el Norte de la Ciudad, pero en Barracas dejaron huellas de su paso.
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