miércoles, 31 de mayo de 2017

La memoria de Barracas compilada por un hombre


Ubicado en el edificio Fraga, el archivo histórico Enrique H. Puccia reúne la más impresionante colección de material fotográfico y bibliográfico del barrio, desde sus orígenes hasta la actualidad.

En el primer piso del edificio de la centenaria Asociación Fraga, que también alberga en su interior a la escuela Nº 24 Presidente Derqui, tiene su sede el Archivo Histórico Enrique H. Puccia, un baluarte de la información que conserva la colección más valiosa de documentos, archivos históricos y fotografías del barrio de Barracas.

El archivo fue una idea que el propio Puccia (1910-1995) propuso en los tiempos en los que se desempeñaba como secretario de la comisión directiva de la asociación, cargo que ejerció ad honórem durante treinta años.
Un homenaje anual

“Mi viejo también presidió la Junta Central de Estudios Históricos durante 15 años hasta que falleció”, cuenta con orgullo Graciela Puccia, y agrega: “él nació y se murió en Barracas, y el día del Historiador Porteño (14 de noviembre) se declaró en honor al cumpleaños de mi padre, que también fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires”.

Como ONG, el archivo se mantiene de diversas maneras, gracias a la gestión de Graciela y sus compañeros de trabajo, el vicepresidente Diego González y la secretaria Irene Locatelli. “Yo trato de buscar pequeños subsidios o donaciones de comerciantes para la gente que colabora acá, que son profesionales pero utilizan cualquier hora que tienen libre para venir a trabajar acá. Y yo soy de las que piensan que todo trabajo merece su recompensa, y de hecho no tengo ningún salario, por eso cada uno de los libros que reeditamos y vendemos en las charlas que damos en bibliotecas y escuelas públicas (a las que también les donamos ejemplares) son para mantener el archivo”, explica esta docente de química y física. “Es una casualidad que haya estudiado esa carrera ya que a mí me vas a encontrar siempre en los talleres de literatura, de historia y ese tipo de materias”, aclara.

Para mantener el archivo funcionando de manera aceitada, trabaja en el mismo un equipo de 16 personas, de las cuales 6 se dedican la puesta a punto del archivo histórico.

Espacio diferente

“La mayoría de los barrios tiene una junta de estudios históricos pero Barracas es el único barrio que tiene un archivo como este”, dice Graciela, que aclara que a pesar de todos los años que revisan el material donado por su padre en 1992, recién han podido abarcar “la mitad”.

La manutención del archivo también demanda muchos cuidados: “Trabajamos con cajas antiácidos, con archivos de documentos planos, el material para guarecer las fotos, es material muy caro y todo lo que le damos a la gente, y la reedición de libros, si no tenemos dinero, buscamos subsidios del Fondo Metropolitano o algunas empresas que aportan, pero que generalmente lo hacen cuando es en algo tangible”, explica mientras manipula papeles Graciela .

Un edificio con un importante valor histórico

El archivo es un apéndice cultural de la Asociación Fraga, y eso explica su permanencia dentro del edificio que a simple vista es una escuela primaria, con sus aulas, alumnos de guardapolvo blanco y maestros. Sin embargo, las causas son mucho más complejas. “En 1906, en este lugar había una taberna que había cerrado recientemente y por eso los vecinos de Barracas compraron el terreno y erigieron una escuela para sacar a los chicos de la calle. Rosendo Fraga, bisabuelo del historiador del mismo nombre, tenía la idea de que los vecinos se juntaran para sacar a los chicos de la calle, y así fue. Yo no sé por qué no se llama “unión vecinal” en lugar de “asociación” pero lo cierto es que ésta es la única ONG que se ha mantenida activa tanto tiempo”, explica Graciela.

De todas maneras, para que la escuela presidente Derqui llegara a ocupar el edificio, pasaron varias décadas. “El edificio funcionó como escuela hasta varios años después de inaugurado, con ayuda de la Sociedad de Damas de Beneficencia. Pero cuando los militares construyeron la autopista que provocó esos desgarros terribles en el barrio durante la última dictadura, se derribaron dos escuelas. Y como varios años después había faltante de vacantes, se decidió otorgarle este espacio a los chicos para que la escuela Presidente Derqui funcionara aquí, con todos los contratiempos que eso suponía. Una cosa eran todas las obras que había que llevar a cabo en un edificio antiquísimo como es este, y otra es que funcionara la escuela ya que, como para esa época había ocurrido la tragedia de Cromañón, se pedían muchos requisitos para las refacciones y no había dinero para hacerlo”, agrega Graciela.

Asimismo, el archivo colabora con otras ONG en la preservación de la identidad barrial. “Trabajamos mucho con Proteger Barracas para la preservación del espacio público ante el avance de la construcción, ya que muchas veces no se cumple con las reglamentaciones vigentes”.

Fuente: Diario Popular 

Link: https://www.diariopopular.com.ar/barracas-la-boca/la-memoria-barracas-compilada-un-hombre-n310163

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