lunes, 20 de abril de 2015

Centro de exposiciones para el arte en Barracas

El proyecto de Carla Trentini, materia A3 de la cátedra Molina y Vedia-Sorín (FADU-UBA), se inserta en la manzana privilegiando los usos públicos del espacio en planta baja. Los materiales y la morfología se conectan con su contexto fabril.


El proyecto de un Centro de Exposiciones de Diseño del Sur se desarrolla en la manzana delimitada por las calles Osvaldo Cruz, Algarrobo y Jorge, y las vías del Ferrocarril Roca, en el entorno fabril del barrio de Barracas. Su función es exhibir la producción artística generada en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD), ubicado a pocas cuadras. “La zona se caracteriza por la superposición de viviendas y galpones que generan un tejido urbano consolidado de baja escala, donde en las calles predominan los grises paredones en las calles, llamando a los vecinos a intervenirlos con colores, grafitis y dibujos”, define la autora, quien decidió reinterpretar esas estructuras existentes generando una nueva tipología de manzana. Propone tres volúmenes sueltos que funcionan de manera autónoma y relacionados por los usos públicos en el área con mayor flujo peatonal en la manzana. “La intención del proyecto es extender el recorrido desde el CMD, generando un movimiento alimentado por las funciones culturales”, señala Trentini. El edificio propone incorporar un área pública en la planta baja libre, permeable y con equipamiento urbano, creando un espacio para exposiciones y programas diversos que promuevan la interacción urbana y artística. Las estructuras metálicas de los techos con pérgolas y los puentes de perfilería remiten a la estación del ferrocarril. 

Mientras que los volúmenes con cerramientos de aluminio prepintado hacen referencia a los galpones del entorno. De ese modo, la autora buscó contextualizar el proyecto con su entorno urbano con una estética atractiva y contemporánea.

Comentario de la Cátedra

El programa propuesto por la cátedra Molina y Vedia-Sorín para Arquitectura III (FADU-UBA) implica el diseño de un centro de exposiciones, compuesto por una variedad de salas y usos públicos en relación con el barrio. El objetivo principal del edificio es la exhibición de lo producido en el Centro Metropolitano de Diseño.La cátedra promueve que cada alumno encuentre su propio camino plasmando sus pensamientos y reflexiones en cada una de sus decisiones y alimentándose del intercambio con los docentes y compañeros. De ese modo se promueve la diversidad frente a los dogmas. El proyecto de la alumna se caracterizó durante todo su proceso por dar una respuesta innovadora frente al resto de los trabajos desarrollados por sus pares. En este edificio, los usos más públicos se convierten en el espacio urbano propiamente dicho y las salas de exposiciones son simples volúmenes de mediana escala enclavados en aquel espacio colectivo de uso intensivo. Otro logro del proyecto seleccionado es que busca arraigarse en el barrio, haciéndolo propio y potenciándolo. De esta manera, no existen por separado edificio y contexto sino que ambos se fusionan, convirtiéndose en un conjunto indivisible. Como docentes consideramos que es un claro ejemplo de cómo una arquitectura de ideas fuertes, gestos simples y tecnología adecuada, y en diálogo con su entorno, permite el desarrollo de nuestra ciudad. Ideas que a la vez promueven la inclusión y la innovación en convivencia con la memoria colectiva barrial.

Carla Victoria Trentini: Una estudiante casi profesional

Una calesita con tres pisos que giraban en distintas direcciones, con poleas, rampas y engranajes y que andaba a manivela. Carla recuerda que a los 9 o 10 años se pasó todas la vacaciones de invierno armando ese proyecto para Tecnología, una materia de la primaria que también tenía “algo de dibujo técnico”, que le encantaba. Por eso hizo después el secundario en el Instituto Huergo, donde se recibió de Maestro Mayor de Obras. Y antes del viaje de egresados ya era ayudante de director de obra en la constructora de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Cuando cerró, cursaba 2° año en la UBA y su profesor de Diseño llevó su cv a Bodas-Miani-Anger, donde Carla trabaja desde hace 4 años diseñando shoppings, hoteles, viviendas y oficinas. Con 27 años, confiesa que le gustaría estar ya recibida, pero que a veces le falta tiempo para el estudio. A la Facultad le pediría que se centrara más en proyectos acordes a nuestra historia y a nuestra cultura.

Fuente: Clarín 

Link: http://arq.clarin.com/arquitectura/estudiante-profesional_0_1313869040.html

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