El proyecto de ley, que acaba de obtener dictamen de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico, propone catalogar con distintos niveles de protección a un total de 42 inmuebles. El texto en trámite parlamentario fue trabajado y consensuado entre legisladores de diversos bloques, vecinos y la Gerencia Operativa Supervisión de Patrimonio Urbano del gobierno porteño, desde mediados de 2008.
martes, 28 de mayo de 2013
Buscan proteger edificios históricos de Barracas
Avanza en la Legislatura porteña una iniciativa para preservar más de 30 edificios singulares del barrio de Barracas.
El proyecto de ley, que acaba de obtener dictamen de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico, propone catalogar con distintos niveles de protección a un total de 42 inmuebles. El texto en trámite parlamentario fue trabajado y consensuado entre legisladores de diversos bloques, vecinos y la Gerencia Operativa Supervisión de Patrimonio Urbano del gobierno porteño, desde mediados de 2008.
El proyecto de ley, que acaba de obtener dictamen de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico, propone catalogar con distintos niveles de protección a un total de 42 inmuebles. El texto en trámite parlamentario fue trabajado y consensuado entre legisladores de diversos bloques, vecinos y la Gerencia Operativa Supervisión de Patrimonio Urbano del gobierno porteño, desde mediados de 2008.
domingo, 19 de mayo de 2013
La ciudad orillera
La nueva sede de la Fundación Elía-Robirosa en Barracas
“Era un baldío”, dice Alberto Elía abarcando con el brazo la terraza del edificio. El cielo de Barracas, atravesado por una bandada de palomas, luce de una placidez rural.
En una esquina semiolvidada, rodeada de casas, Elía acaba de inaugurar la nueva sede de su Fundación. Y la ubicación no podía ser más distinguida: a dos cuadras del Riachuelo, a pasos de uno de los paisajes más inesperados de Buenos Aires. En el mejor sitio desde donde salir a recorrer una zona de la ciudad a la que nadie echaba en falta, quizá porque muy pocos admitían –o admiten– su existencia.
Cuando Alberto Elía abrió su galería en 1980, la zona tradicional del arte en Buenos Aires era todavía el centro, en los aledaños de las calles Florida y Arroyo. Mientras que en Recoleta, en Plaza Francia, el Centro Cultural todavía no existía, y en su lugar seguía funcionando un antiguo asilo de ancianos.
“Era un baldío”, dice Alberto Elía abarcando con el brazo la terraza del edificio. El cielo de Barracas, atravesado por una bandada de palomas, luce de una placidez rural.
En una esquina semiolvidada, rodeada de casas, Elía acaba de inaugurar la nueva sede de su Fundación. Y la ubicación no podía ser más distinguida: a dos cuadras del Riachuelo, a pasos de uno de los paisajes más inesperados de Buenos Aires. En el mejor sitio desde donde salir a recorrer una zona de la ciudad a la que nadie echaba en falta, quizá porque muy pocos admitían –o admiten– su existencia.
Cuando Alberto Elía abrió su galería en 1980, la zona tradicional del arte en Buenos Aires era todavía el centro, en los aledaños de las calles Florida y Arroyo. Mientras que en Recoleta, en Plaza Francia, el Centro Cultural todavía no existía, y en su lugar seguía funcionando un antiguo asilo de ancianos.
domingo, 5 de mayo de 2013
La aventura de vivir en Barracas
Bajo bandera guatemalteca, sin monumento en la plaza Colombia, el barrio se pregunta por qué lo tratan así.
El barrio viejo de las Barracas es un tesoro nacional, el mayor conjunto de patrimonio edificado en contexto urbano que nos queda. Para el macrismo en el poder, esto significa un cantero de negocios para su industria mimada, la de la construcción especulativa, pura torre. Por eso cada batalla de Proteger Barracas y de los vecinos del barrio tiene una importancia particular: están en la línea del frente. Los durísimos eventos del Hospital Borda muestran el nivel de descontrol al que puede llegar este gobierno porteño, que ni siquiera tiene la capacidad de gestión de hacer que su infantería se forme como corresponde, cuando se trata de hacer obras y dar contratos. El Borda, no es casual, también está en Barracas.
Lo que puede explicar dos peculiares chicanas que vivió recientemente el barrio. Una es que ya pasó un año largo desde que el Departamento de Monumentos y Arte, el famoso MOA, retiró el monumento al Izamiento de la Bandera de la plaza Colombia. Las piezas de bronces de Julio César Vergottini fueron arrancadas y cargadas en un camión para, supuestamente, ser restauradas. Los vecinos de Proteger Barracas las visitaron el 1º de Mayo del año pasado y las vieron tiraditas en el taller del MOA en los bosques de Palermo. Este 1º de Mayo repitieron la visita y las encontraron igualmente tiraditas, sin la menor señal de algún trabajo. El único cambio es que algunas de las esculturas del grupo, tiradas al aire libre, estaban medio cubiertas de ramas y barro por la última tormenta.
El barrio viejo de las Barracas es un tesoro nacional, el mayor conjunto de patrimonio edificado en contexto urbano que nos queda. Para el macrismo en el poder, esto significa un cantero de negocios para su industria mimada, la de la construcción especulativa, pura torre. Por eso cada batalla de Proteger Barracas y de los vecinos del barrio tiene una importancia particular: están en la línea del frente. Los durísimos eventos del Hospital Borda muestran el nivel de descontrol al que puede llegar este gobierno porteño, que ni siquiera tiene la capacidad de gestión de hacer que su infantería se forme como corresponde, cuando se trata de hacer obras y dar contratos. El Borda, no es casual, también está en Barracas.
Lo que puede explicar dos peculiares chicanas que vivió recientemente el barrio. Una es que ya pasó un año largo desde que el Departamento de Monumentos y Arte, el famoso MOA, retiró el monumento al Izamiento de la Bandera de la plaza Colombia. Las piezas de bronces de Julio César Vergottini fueron arrancadas y cargadas en un camión para, supuestamente, ser restauradas. Los vecinos de Proteger Barracas las visitaron el 1º de Mayo del año pasado y las vieron tiraditas en el taller del MOA en los bosques de Palermo. Este 1º de Mayo repitieron la visita y las encontraron igualmente tiraditas, sin la menor señal de algún trabajo. El único cambio es que algunas de las esculturas del grupo, tiradas al aire libre, estaban medio cubiertas de ramas y barro por la última tormenta.
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