No se sabe bien qué es lo que pasará con el inesperado regalo que está recibiendo la sucursal del banco HSBC para su remodelado edificio que ya no huele a yerba mate en Barracas.
Tampoco se comprende bien por qué, ni en base a qué legislación, la plazoleta que lleva el nombre de Elisa Brown, la hija que murió por amor del gran almirante irlandés libertador de nuestras aguas, se transforma en una ofrenda a ese grupo financiero con sede central en Londres. Para los vecinos seguro que no lo es como muestra el desorden en que de entrada quedó el transporte, comenzando por el público. Primer gran impacto de una obra impensada que cortó el acceso circunvalando la pequeña plazoleta desde Martín García a Ruy Díaz de Guzmán, como también lo hizo con Bolívar.
En el número anterior de Sur Capitalino contamos algo de la historia del casi centenario edificio de simiente socialista que lleva el nombre de Juan B. Justo, ubicado en Av. Martín García y Bolívar, enfrente del lugar.
Crucemos ahora hacia la plazoleta de “el monolito” (dicho sea de paso, así se llama una bandera de Boca que recorrió el mundo de la mano de hinchas que nacieron en las inmediaciones) y hagámoslo con cuidado, ya que hay súbitos giros en “U” de automovilistas desesperados que no hallan otra salida.
Sorpresa: hay gente trabajando, después de varias semanas. Según quien parece el encargado de los trabajos, la obra estará terminada a mediados de noviembre, sin embargo desde el Centro de Gestión y Participación de la Comuna 4 afirman que el plazo será mayor. Trabajan sobre el tramo de una calle especial para los camiones de caudales porque es curva, estrecha y conecta ambas alas del banco, una por Martín García y la otra por Pi y Margall, lo cual les evitará grandes rodeos. Los colectivos que antes bajaban por Bolívar y doblaban en Pi y Margall ahora se sumaron a la caravana de los que venían por Martín García.
En la plazoleta en ciernes está Pablo Bolaño, un joven especialista en diseños industriales y también en normas vigentes, quien algo tiene que ver con esta historia porque es uno de los vecinos que entró a fondo en la cuestión.
Lo prueba su sólido planteo por nota al Ministerio de Desarrollo Urbano y las falta de respuestas precisas, lo cual permiten concluir que lo que estamos viendo no está sostenido por una ley expresa de la Legislatura, ni aprobado en ninguna audiencia pública ni avalado por informes técnicos en el área de transporte.
¿Y entonces?
Fuente: Sur Capitalino
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